La lavanda es uno de los cultivos más fáciles de cultivar orgánicamente, según el Servicio Nacional de Información sobre Agricultura Sostenible, porque tiene pocas plagas de insectos y pocas enfermedades. La única responsabilidad que tiene la lavanda es la aversión a los suelos húmedos y arcillosos. La lavanda no puede tolerar los pies mojados y se pudrirá o desarrollará problemas de hongos cuando el suelo no drene. Mientras que algunas variedades de lavanda naturalmente tienen un follaje plateado o verde grisáceo, la causa más probable de hojas grises en el fondo de la planta es un problema de drenaje.
La lavanda tolera la sequía mejor que demasiada agua.Paso 1
Excave la planta con cuidado con la pala, dejando el sistema de raíces intacto. Ponga la planta a un lado en un lugar sombreado.
Paso 2
Excava el suelo donde crecía la planta a una profundidad de 18 pulgadas y colócalo sobre una lona. Mezclarlo con compost y arena para obtener un suelo con partes iguales de arena, compost y arcilla.
Paso 3
Coloque la tierra enmendada nuevamente en el hoyo. Inspeccione la planta y pode las hojas o raíces enfermas. Replante la lavanda en el suelo mejorado. Si la planta no se ha dañado gravemente, se recuperará y comenzará a producir un nuevo crecimiento, aunque una planta con raíces podridas puede no sobrevivir.